Mi hija tiene cuatro años. Me encantan sus dibujos, hace tiempo que estoy pensando cómo hacer para robármelos con mi cerámica. Seguramente la nena no está particularmente dotada (no me pidan que juzgue yo… ¡soy su madre!), pero tienen eso que sólo produce una mente de cuatro años: sintesis, trazos sueltos, fuerza; libertad absoluta.
Cada tanto también baja al taller, agarra un poco de pasta y hace sus creaciones. Por lo general «pincha mucho» -en palabras suyas- o como diría el informe del jardín «experimenta con las texturas». Pero unos días atrás subió corriendo las escaleras, extasiada
– ¡Mirá mamá! ¡Vení, mirá lo que hice!
– ¡¿Qué?!
– ¡Un montón de Mikeys y Minies!
– ¡Uuuauuu, me encantan! ¿Qué te parece si los horneo, los esmalto y los usamos como imanes de heladera?
– ¡¡Sí, sí sí!!! -Dijo entusiasmada.
Pero los tiempos de la cerámica son los que son… y no coinciden demasiado con los de una nena de cuatro años. Cada día me preguntaba por sus Mikeys. ¿Ya están? ¿Pero cuándo estarán, CUÁNDO?…
Estos días estoy haciendo rakú, y viendo que mi hija no podía esperar más me dije -por qué no, después de todo Mikey es blanco y negro-. Lo que mamá ceramista no pensó es que un Mikey procesado en rakú parece más una criatura de Tim Burton que de Walt Disney. Es como si Jack hubiera agarrado al ratón de la Navidad y se lo ubiera llevado a su mundo de pesadillas.
Igual no marrugué, cando llegó le dije a los gritos y alzando los brazos, -¡Ya los tengo Emma, ya están!- Y ella salió disparada con los ojos muy abiertos. De a poco se le fueron frunciendo las cejas hasta que, haciendo aspavientos con las manos me reto
– Mamá, tenemos un problema.
– ¿Qué problema? -dije haciéndome la tonta-
– Te dije que eran Mikeys y MINIES, y vos te olvidaste de pintar los moños de las Minies
– Uh, sí, tenés razon… ¿se los ponemos de papel?.
– Sí. Yo te digo cómo son. Son rosas con pintitas blancas. ¡Los Mikeys, están buenísimos!
Y salió disparada con un Mikey en la mano para obsequiárselo a su hermano.
TIM ESTARIA ENCANTADO!!!! HERMOSOS LOS MOUSES
Me encantan los ratones rakú (que vas a tener que explicarle a los no inicidados qué carajo és exactamente). Seguro que tu artista está encantada. Lo que no sé yo si te quedará algo de espacio en la nevera para poner nada 😉
Mucha suerte (que ya la tienes) y buen trabajo (que también).
Me alegra Celia. La heladera, ya está completa. Pronto le tocará a las puertas. Si querés una mínima explicación de lo que es el rakú, podés fijarte aquí. https://ceramicafonoll.com/ceramica/raku/